La frase SÍ MEREZCO ABUNDANCIA estampada repetitivamente sobre el escudo nacional insiste en reconsiderar las posibilidades de abundancia que nos merecemos (o no) en el proyecto de nación que construimos (o tratamos) en diferentes niveles, individual y colectivamente. Parte de la eterna promesa (insolvente) de una mejora en nuestra condición que estamos a punto de alcanzar. Al mismo tiempo de un reciente y tristemente célebre episodio de la más rampante impunidad.
Aborda la recurrente (y obvia) duda sobre si en verdad existe una incidencia tangible por nuestras acciones o si únicamente influye la discrecionalidad en manos totalmente ajenas a nosotros. Se plantea como un monumento erigido a nuestra historia, condición colectiva y posibilidades políticas, sociales, económicas y de vida.
Es además un ejercicio de memoria que hace balanza al uso de empresas como Eliminalia cuyo slogan es “borramos tu pasado” y que encuentra su principal mercado, curiosamente, en la política mexicana.